martes, 21 de julio de 2009

CARLOS GARDEL NUNCA FUE EL FRANCESITO






 


Enseguida muerto Gardel su apoderado Armando Defino ideó la maniobra que le permitiría administrar la fabulosa herencia del cantor, borró las pruebas de la existencia del Charles Romuald Gardes, verdadero hijo desaparecido de la empleada francesa, e hizo pasar a Carlitos por él, involucrando a la susodicha en el fraude.

Y aclaremos que este gran verso pudo seguir adelante gracias a la permisividad de las autoridades de la época, quienes conmovidos por una supuesta madre dolida, o motivados por algún otro “que se yo”, dejaron pasar por alto demasiadas irregularidades administrativas.

Ete aquí que en el apuro se olvidaron de eliminar alguna cosilla, como el retrato que la doña entregó por error a “La canción moderna” diciendo que era de Carlitos y que siempre se ha mostrado como la imagen de Gardel de niño, cuando es evidente que se trata del otro chico.

Tres cuartos de siglo después los programas informáticos concluyen de forma sencilla: “dos personas diferentes”. En buen romance dicen lo mismo que afirma un cristiano que mira las fotos con los ojos abiertos.

Quien se resista a verlo será miope, o quizás necio, o tal vez abombado ... o tan solo otro reo vulgar co-autor de Fraude y Estafa, delitos estos penalmente prescriptos sobre la Tierra, pero eternamente censurables. Y que Asi Sea ...







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